Un poema es como un barco en alta mar, depende de las energías con las que se haya construido en el astillero de las páginas, y si tiene la fuerza de una rosa, correrá río abajo, hasta llegar al punto de su misión, su seguro puerto. Las maderas, los clavos, las telas para las velas, todos esos materiales o elementos influyen en la fabricación del barco, de la nave espacial porque navega entre las luces y las tinieblas de los tiempos, sin faro aparente que lo alumbre.
El barco en el que escapó Ulises de la isla de Ogigia, en donde las energías del amor de Calypso lo tenían atrapado, todavía existe en las aguas bravas del poema que abre sus páginas y ventanas en cada puerto en donde generoso desembarca a sus personajes y sus frutos.
El barco en el cual escapó Ulises todavía existe aunque haya naufragado.
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