25 nov 2010

rastrea mi suerte

Hasta el final de la primera salida de don Quijote, parece que la obra no cuenta con un Plan General, luego éste cobra vigencia y, como es de esperarse, Cervantes pretende que los diseños de su ingeniería sean públicos, y los incluye en partes fundamentales como el Prólogo, el mismo texto que a Borges causó tanta admiración, el mismo que sirvió al argentino para planificar sus cuentos más célebres. Es importante tomar conciencia de que la energía de muchos genios ha penetrado en las páginas de ese libro encantado; Poe pudo haber encontrado la cifra para adecuarla a narraciones como Manuscrito hallado en una botella, El pozo y el péndulo. Dostoievski se sintió particularmente influenciado por el libro, lo cual hacía público. No es fácil encontrarse con un objeto que ha sido visto por genios como los mencionados.

Por ese motivo, el autor, como un escultista, al adentrarse en el bosque de su novela, diseña señales en los recodos fundamentales de su recorrido, ya sea para que le ayudaran a él en el retorno o para orientar a otros que quisieran seguir su brecha. Su estrategia también puede tomarse como el mapa de un tesoro.

El lector, en su próxima lectura de Don Quijote de la Mancha, hará sus conclusiones. Nosotros creemos que poco o nada se sabe de los mensajes ocultos dentro de la obra, como hipótesis preliminares creemos que se puede entreleer algo sobre la condición sexual del autor, su nacionalidad y el desiderátum de su cometido.


Cualquier información adicional que el lector pueda requerir, puede solicitarla en mi correo electrónico:

subealnautilus@hotmail.com


El texto siguiente, de prosa que "supera a Homero", es el que nos ayudó a establecer los códigos. Los primeros versos son la guía. El fragmento contiene nombres de caballeros andantes en cuyos escudos de guerra se encuentran las señales, los mensajes, las palabras que ayudan al lector a buscar y dar con la siguiente pista en los laberintos de la novela.


Muchas obras, como sucedió en la Grecia de Aristóteles y la Rusia de Dostoievski, nacen al final del imperio, cuando éste está próximo a su declive, y la patria de Cervantes fue la España de las Tres Culturas, en donde judíos y árabes estuvieron en la misma trinchera en al-Andaluz. Por eso se sigue la confusión, el autor trata de ser benigno con el sefardita y el moro. Felipe II ya había destrozado España con el decreto de expulsión, Don Quijote ya nada pudo hacer porque se diera marcha atrás.


Creemos que la novela es el punto de partida de una predicción que culmina con El Grito, de Edvard Munch, y se manifiesta durante la II Guerra Mundial, conflicto en el que los nazis traen de vuelta los decretos de expulsión y los sumarios que utilizó el Santo Oficio.



"No indiscretos hieroglí-

Estampes en el escú-;

(versos preliminares, Prólogo)


"–Éste es el día, ¡oh Sancho!, en el cual se ha de ver el bien que me tiene guardado mi suerte; éste es el día, digo, en que se ha de mostrar, tanto como en otro alguno, el valor de mi brazo, y en el que tengo de hacer obras que queden escritas en el libro de la Fama por todos los venideros siglos. ¿Ves aquella polvareda que allí se levanta, Sancho? Pues toda es cuajada de un copiosísimo ejército que de diversas e innumerables gentes por allí viene marchando.

–A esa cuenta, dos deben de ser –dijo Sancho–, porque desta parte contraria se levanta asimesmo otra semejante polvareda.

Volvió a mirarlo don Quijote, y vio que así era la verdad; y, alegrándose sobremanera, pensó, sin duda alguna, que eran dos ejércitos que venían a embestirse y a encontrarse en mitad de aquella espaciosa llanura (...)

–Señor, ¿pues qué hemos de hacer nosotros?

–¿Qué? –dijo don Quijote–: favorecer y ayudar a los menesterosos y desvalidos. Y has de saber, Sancho, que este que viene por nuestra frente le conduce y guía el grande emperador Alifanfarón, señor de la grande isla Trapobana; este otro que a mis espaldas marcha es el de su enemigo, el rey de los garamantas, Pentapolén del Arremangado Brazo, porque siempre entra en las batallas con el brazo derecho desnudo.


Pero estáme atento y mira, que te quiero dar cuenta de los caballeros más principales que en estos dos ejércitos vienen. Y, para que mejor los veas y notes, retirémonos a aquel altillo que allí se hace, de donde se deben de descubrir los dos ejércitos.

(...) con voz levantada comenzó a decir:

–Aquel caballero que allí ves de las armas jaldes, que trae en el escudo un león coronado, rendido a los pies de una doncella, es el valeroso Laurcalco, señor de la Puente de Plata; el otro de las armas de las flores de oro, que trae en el escudo tres coronas de plata en campo azul, es el temido Micocolembo, gran duque de Quirocia.


...el otro de los miembros giganteos, que está a su derecha mano, es el nunca medroso Brandabarbarán de Boliche, señor de las tres Arabias, que viene armado de aquel cuero de serpiente, y tiene por escudo una puerta que, según es fama, es una de las del templo que derribó Sansón, cuando con su muerte se vengó de sus enemigos.


Pero vuelve los ojos a estotra parte y verás delante y en la frente destotro ejército al siempre vencedor y jamás vencido Timonel de Carcajona, príncipe de la Nueva Vizcaya, que viene armado con las armas partidas a cuarteles, azules, verdes, blancas y amarillas, y trae en el escudo un gato de oro en campo leonado, con una letra que dice: Miau, que es el principio del nombre de su dama, que, según se dice, es la sin par Miulina, hija del duque Alfeñiquén del Algarbe; el otro, que carga y oprime los lomos de aquella poderosa alfana, que trae las armas como nieve blancas y el escudo blanco y sin empresa alguna, es un caballero novel, de nación francés, llamado Pierres Papín, señor de las baronías de Utrique; el otro, que bate las ijadas con los herrados carcaños a aquella pintada y ligera cebra, y trae las armas de los veros azules, es el poderoso duque de Nerbia, Espartafilardo del Bosque, que trae por empresa en el escudo una esparraguera, con una letra en castellano que dice así: Rastrea mi suerte." (Cap. XVIII, Libro I)


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